Por Cecilia González

Argentina, miércoles de revelaciones.

-El Boletín Oficial nos dio hoy una gran sorpresa al anunciar que los familiares de los funcionarios podrán entrar al blanqueo de capitales (que beneficia a los evasores de impuestos) cosa que había prohibido expresamente el Congreso. Supongo yo que Elisa Carrió ya está preparando la denuncia correspondiente, porque había dicho que si eso ocurría, sería “un escándalo moral”.

-Entre octubre y noviembre la confianza en el gobierno cayó un 4.4%. Lo dice una encuesta de Poliarquía para la Universidad Di Tella (hace rato nos mandaron el comunicado). Ah, en sólo un mes también bajó un 7.0% “el componente de eficiencia” que la ciudadanía le adjudicaba al mejor equipo de gobierno de los últimos 50 años.

-El domingo, periodistas oficialistas, opositores y de todo tipo coincidieron en que el gobierno había pasado su peor semana por las derrotas en el Congreso (reforma política), las críticas de Lavagna por el mal manejo de la economía y los evidentes líos que hay en el gabinete. Mañana se van de retiro espiritual. Otra vez.

-La lluvia de inversiones no llega. Y con el calor que hace, lo que urge es una tormenta. Eurnekian ya advirtió que “el dinero no viene ni va a venir porque acá todos los días hay un despelote”; Fraga ya dijo que «nadie quiere invertir porque no saben si no vuelve el populismo» (¿o sea cómo? ¿no que el kirchnerismo es especie en extinción?). Los empresarios ya anunciaron que no pagarán más impuestos. Muy fea su actitud, no quieren cooperar nada con el desarrollo de la nación… ni con el gobierno macrista.

-Llega diciembre y la competencia por la frase de la semana, el mes, el año se puso más dura que nunca, y ya no sólo participan políticos. El “nosénosénosénosénosé” de Prat –Gay picaba en punta, pero la conductora Pamela David lo desplazó con su deseo de volver a ver el show bailarín de Macri, su esposa y su hija en el balcón de la Casa Rosada porque son “una familia blanca, hermosa y pura”. Capaz que Trump elige a Argentina para su primera gira por América Latina, acá le están echando muchas ganas para que se sienta en casa.

-El kirchnerismo también tiene lo suyo, no nos vamos a olvidar. Desde el viernes ando pensando que en cualquier momento la ex presidenta y el juez Bonadío van a cantar una de Pimpinela.

-Lo bueno es que gracias al periodismo de investigación nos enteramos de que la primera dama amasó pan dulce, compró facturas en una panadería de Córdoba y tuvo una noche de solteras con sus amigas. En sus últimas entrevistas, a Macri le preguntaron si Awada era ahora “más brujita que hechicera” y si había cumplido con su promesa de “hornear tortas en la Quinta de Olivos para que hubiera aroma a hogar”. Qué vergüenza. Cómo no me atreví a preguntarle eso al presidente en nuestra entrevista. Como diría uno de sus funcionarios: “mala mía”.

-De lo que no hemos sabido nada esta semana es de la huerta. Seguro alguien ya está investigando. Me encantaría seguir los devenires de los tomates presidenciales, pero ando medio ocupada estudiando los reclamos de la ONU, la CIDH, la OEA y Amnistía por Milagro Sala, ah porque los kircheristas se robaron todo, hasta los organismos internacionales que andan pidiendo la liberación de esta dirigente. Decía anoche: capaz que el verdadero problema de Sala es que no es blanca, hermosa ni pura. Yo tampoco, por suerte.

Seguimos.

Fuente. Facebook de la autora.