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Corrupción en la Federal: ordenan el arresto de un comisario

La investigación fue realizada por el fiscal Campagnoli. Acusa a un grupo de policías de cobrar coimas a comerciantes y extorsionar a cuidacoches.

La comisaría 35 fue allanada.

La comisaría 35 fue allanada.

Un juez porteño ordenó hoy la detención de un comisario de la Policía Federal a quien se acusa de haber cobrado coimas a comerciantes y dispuso que se realizaron cinco procedimientos en comisarías de la ciudad de Buenos Aires.

Según fuentes judiciales además se ordenó el arresto de cuatro suboficiales, en el marco de una investigación por presunto pedido de coimas a comerciantes y extorsión a cuidacoches, informaron fuentes vinculadas al procedimiento.

Entre los acusados está el comisario Néstor Villareal -que fue pasado a disponibilidad preventiva-, quien actualmente se desempeñaba en la seccional 52, aunque al momento de iniciarse la investigación era el titular de la comisaría 35a., que corresponde a los barrios de Núñez y Saavedra.

Los procedimientos se llevaron a cabo de manera simultánea en las comisarías 52, 37, 41, 43 y 47 y fueron realizados por efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Las detenciones fueron solicitadas por el fiscal de la causa, José María Campagnoli, y dispuestas por el juez de Instrucción porteño Ricardo Farías, quienes estarán ahora a cargo de las indagatorias de los policías acusados.

Los arrestos fueron requeridos luego de allanamientos realizados tiempo atrás en el marco del mismo expediente el los que se secuestraron diversos elementos y documentación probatoria, entre ellos anotaciones que indicarían el registro de las coimas cobradas.

«El análisis conjunto de los elementos de prueba recolectados a lo largo de la instrucción llevada adelante, permite tener por corroborada la hipótesis criminal trazada por esta fiscalía y, en consecuencia, el ilegal mecanismo de recaudación dineraria [sic] desplegado por las autoridades de la comisaría 35a. de la Policía Federal», había sostenido Campagnoli en un dictamen.

«Lo cierto es que en este caso se ha podido comprobar el espurio pago que era receptado a contramano de los mandatos legales y, además, las evidentes contraprestaciones que brindaba la cúpula de la comisaría 35» para garantizar la perpetuidad de sus ingresos», agrega el dictamen del fiscal.

Según informó el diario La Nación el fiscal solicitó la detención de Villarreal y del sargento primero Adrián Otero, del cabo Alejandro Malfetano, del sargento Sergio Ríos y del suboficial escribiente Marciano Quiroga. Fuentes del caso dijeron que hasta ahora sólo fueron detenidos los suboficiales Quiroga y Malfetano.

“Esto empezó en el 2014 y se aceleró mucho a medida que aparecieron pruebas que comprometen a Norberto Villarreal, comisario de la Policía Federa, que ahora fue derivado a la seccional de Villa Lugano que es parte del cordón Sur, donde el tema de calle lo hace Gendarmería Nacional”, informó el canal TN.

“El fiscal José María Campagnoli y el juez Ricardo Farías empezaron una investigación donde descubrieron que había un comisario que con otro grupo de policías tenían un sistema de corrupción donde se daba seguridad privilegiada”, agregó el canal.

“También hay robos a un local de Samsung en el que siempre entraban de la misma manera, por el techo de un Starbucks”, indicó el canal.

“La anotación, escrita de puño y letra en un cuaderno marca Gloria de hojas rayadas, fue hallada en la oficina del por entonces jefe de la seccional 35a. de la Policía Federal, comisario Norberto Villarreal, con jurisdicción en los barrios de Núñez y Saavedra. En el papel se podían leer apodos como «Gorda», «Gusano» y «Cachorro» y siglas como DGC y SSM, acompañadas de números. Todo indica que se trataba de la constancia en clave de cómo se distribuía, entre uniformados y dependencias policiales, el dinero exigido a comerciantes y empresarios a cambio de una seguridad privilegiada, y de la extorsión de los cuidacoches, más conocidos como «trapitos». La famosa «caja negra» de la fuerza de seguridad”, escribió el periodista Gabriel Di Nicola, en La Nación, para describir cómo operaba la banda.