| Boicot policial

Operación Talonario: el plan para atentar contra Vidal y Ritondo

Un grupo de jefes policiales se reunieron en La Matanza para acordar un plan para atentar contra el gobierno de la policía provincial. Negocios sucios y enojos.

Vidal y Ritondo toman precauciones.

Vidal y Ritondo toman precauciones.

El gobierno de la provincia de Buenos Aires analiza presentar en las próximas horas una denuncia penal luego de haber recibido una carta anónima en la que se describe una reunión entre un grupo de altos jefes de la policía en actividad y retirados en los que se analizó atentar contra las autoridades bonaerenses.

El texto de la carta recibida por el auditor general de la policía provincial, Guillermo Berra, titular de Asuntos Internos, refiere un encuentro realizado en La Matanza, en el círculo policial, donde se realizó un almuerzo al que asistieron más de 30 oficiales, en su mayoría retirados.

La carta parece explicar la sucesión de amenazas que jaquea a la gobernadora María Eugenia Vidal semana tras semana y que se ha convertido en uno de los principales desafíos a su gestión.

“Se llegó a tal nivel que se mencionó la existencia de grupos preparados con mano de obra externa para utilizar el talonario (antes y otras épocas era en la jerga como se llamaba la eliminación física de personas). Y a decirse que este plan estaba en marcha para eliminarlo a ud y al ministro Ritondo”, dice un fragmento de la carta.

En el almuerzo, mientras pasaban los platos y corrían las copas de vino se fueron encrespando los ánimos, bastante caldeados desde que el gobierno de la provincia de Buenos Aires obligó a todos los jefes policiales a presentar una declaración personal de bienes y propiedades.

“Se deslizaron comentarios varios de la situación política y de distintos entreveros que se están generando en la gestión política actual. Yo estuve presente y los comentarios se fueron elevando de tono. Comentarios en contra de la gestión de su ministro el Sr. Cristina Ritondo y en contra suya”, dice la carta.

La gobernadora María Eugenia Vidal recibió una seguidilla de amenazas, pero además hubo algunos hechos más graves en los últimos meses. En junio, dos policía fueron encontrados por el personal de limpieza cuando revisaban papeles de la secretaria privada de la mandataria.  La semana pasada fue encontrado un cartucho de escopeta en el garaje de la casa que Vidal ocupaba en Castelar.

“Se habló de actividades que se están llevando a cabo en forma organizada a espaldas del gobierno, cuya misión es recolectar todo tipo de información para no fallar en futuras misiones contra el actual gobierno del Pro en la provincia y contra la gobernadora Vidal y contra el actual ministro de Seguridad”, dice el texto de la carta.

Una semana después del ingreso de los policías en el despacho de la secretaria de la gobernadora ingresaron en la casa que el ministro de gobierno de la provincia, Francisco Salvai, ocupa en La Plata. Revolvieron papeles, tiraron cosas en el piso, le abrieron la heladera. Fue leido como un mensaje, porque no le robaron nada.

“En todo este plan para atentar contra su vida y la del ministro están detrás una cantidad de comisarios de alta jerarquía”, dice la carta enviada a Berra. “El ministro Ritondo y ud como auditor están generando con su gestión conflictos en muchas áreas dentro de la seguridad departamental”, agrega.

La carta sostiene que varios de los participantes en el encuentro trabajan o trabajaron en las plantas verificadoras de automóviles de la policía bonaerense, donde es obligatoria concurrir cada vez que se compra un coche, para corroborar que no sea robado.

La carta también sostiene que la nueva gestión de la provincia está provocando problemas en las mafias que se dedican al juego clandestino y a la extorsión, a tal punto que puede derivar en graves conflictos. Y el texto da los nombres de algunos de los comisarios que participaron del almuerzo, donde se habló del boicot. La carta la firman “policías contra la impunidad”.

Y da los nombres de varios jefes policiales que habrían participado de la reunión. Algunos de esos jefes habrían actuado en las plantas verificadoras de la policía bonaerense, siempres sospechosas por el blanqueo de autos robados.