– Rompió el silencio. (Basta, se agotó)

– Imágenes para el infarto. (Siempre se relaciona a mujeres semi
desnudas, es sexista)

– “Hizo estallar las redes” o “revolucionó las redes”. (Siempre se refiere a datos banales de los “famosos”)

– “Tenemos que tener” y “vuelvo a repetir”. (Redundantes)

– “El polémico tuit”, “la insólita justificación”, “la emotiva historia”, “el sospechoso viaje”, “las duras –o durísimas- críticas”… (¿Si respetamos a los lectores y dejamos de adjetivar para que ellos sean quienes decidan cómo interpretan la información?)

– Las notas sacadas de un tuit. (Uno de los peores males de los medios en esta época)

– Los títulos tipo “¿Qué dijo X sobre Y?” o “Cómo tomó X la noticia de que…”. (Debemos informar, no hacernos los misteriosos)

– Las notas plagadas de habría, sería, podría… (es pura especulación, no información)

Me gustaría también que hubiera equidad de género en los directorios, en las jefaturas de redacción, en las columnas. Los hombres siguen dominando en los medios.

Pero lo más importante, la verdad, es que dejen de matar a los periodistas mexicanos, de despedir a los periodistas argentinos y de precarizar nuestra profesión en todas partes. Ojalá así sea.

Fuente. Tomado del Facebook de la autora.