| Cambio de gobierno

La pelea por la Procuración: pese al pedido de Macri, Gils Carbó no piensa en renunciar

La jefa de los fiscales no piensa en dar un paso al costado. Los deseos de Carrió y el empujón a Campagnoli. El temor a una campaña sucia y al recorte presupuestario.

Gils Carbó se quiere quedar en su cargo.

Gils Carbó se quiere quedar en su cargo.

Por Rafael Saralegui

Alejandra Gils Carbó no tiene pensado dejar su cargo en los inmediato, pese al pedido del presidente electo Mauricio Macri, quien considera que la titular de la Procuración General de la Nación, es una funcionaria kirchnerista que debería abandonar su cargo con el Gobierno que termina el 10 de diciembre.

Gils Carbó fue propuesta para su cargo por Cristina Kirchner pero su nombramiento fue convalidado por el Senado, por lo cual mantiene su estabilidad de la misma forma que todos los jueces y fiscales siguen en funciones cuando cambian los Gobiernos. Con el razonamiento de Cambiemos hasta el actual presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, tendría que dejar la Corte porque fue nombrado por el kirchnerismo.

Periodistas y comunicadores que trabajan en los medios alineados con el presidente electo ocultan deliberadamente que el Ministerio Público es un organismo extrapoder, según la Constitución, que no depende del Ejecutivo, del Legislativo ni de la Corte. Esos medios le achacan a Gils Carbó pertenecer a Justicia Legítima, un colectivo integrado por magistrados progresistas, que nada tiene que ver con las tradiciones y el conservadurismo de la familia judicial.

Esos periodistas no informan que según el artículo 76 de la ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal, el jefe de los Fiscales sólo puede ser removido a través de un juicio político, tal como establece la Constitución. La carta magna afirma también que el Senado es la única autoridad que puede evaluar la sustitución de un Procurador y lo puede hacer con los dos tercios de la Cámara.

Es sabido que el PRO no tiene un bloque amplio en el Senado y con sus aliados de la UCR no llega ni siquiera al quórum, por lo que debería acordar con el peronismo si quiere remover a Gils Carbó. El único procedimiento posible sería el inicio de un jury que fuera acompañado por los senadores del peronismo, una posibilidad sumamente improbable.

Los colaboradores de la jefa de los fiscales dicen que no se le pasa por la cabeza renunciar porque no hay ningún motivo que la pueda llevar a tomar esa decisión. Quién más impulsa la salida de Gils Carbó es la socia de Macri en la Alianza Cambiemos, la diputada Elisa Carrió.

Fue la legisladora quien en la semana que termina sostuvo que el fiscal José Campagnoli debería convertirse en jefe de todos los fiscales. Campagnoli fue sometido a un frustrado juicio político el año pasado, luego de haber estado suspendido en su cargo durante casi medio año.

Se lo acusó de haberse excedido en sus funciones al haber impulsado una investigación contra el empresario Lázaro Báez, amigo de la familia Kirchner. Campagnoli se convirtió en un paladín de la Justicia, se sentó en la mesa de Mirtha Legrand, y el jury se cerró cuando no se consiguieron los votos necesarios.

Ese jury fue el mayor error político en la conducción de Gils Carbó, que ha llevado adelante la incorporación de fiscalías especializadas, en narcotráfico, lavado de dinero, trata de personas, que significan un adelanto en la especialización de los investigadores y en la modernización de la Justicia.

Que Carrió hable ahora de Campagnoli no es gratuito: una de las hermanas del fiscal es dirigente del mismo partido que la legisladora. Su nombramiento sería parte de una dulce venganza.

Pero para que eso ocurra Gils Carbó debería renunciar. Y eso no ocurrirá al menos que el nuevo Gobierno, que promete ondas de amor y paz para sacar el país adelante, inicie un proceso de desgaste que incluye recortes presupuestarios, operaciones de prensa, causas inventadas o aprietes de diverso tipo. Cuánto hay de los dichos a los hechos es algo que está por verse.

 


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