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Causa Carbón Blanco: la fiscalía pide condenas de hasta 25 años a los acusados

La fiscalía pidió esa condena para los cinco acusados. También pidieron que se investigue el rol de la Aduana. Es por el embarque de mil kilos de cocaína a Europa en cargamentos de carbón.

La cocaína era enviada en bolsas de carbón.

La cocaína era enviada en bolsas de carbón.

La fiscalía pidió ayer que se condene a 25 años de prisión a los cinco acusados en el juicio oral en el que se investiga el tráfico de una tonelada de cocaína a Portugal, causa conocida como «Carbón blanco», y que se inicie una investigación sobre el accionar de personal de la Aduana en esa operación.
El planteo fue formulado durante los alegatos por los fiscales Carlos Amad y Federico Carniel, quienes solicitaron esa pena para el abogado Carlos Salvatore (58), el empresario Patricio Gorosito (64), y el resto de los imputados: Carlos Pérez Parga (60), Héctor Angel Roberto (61), y Rubén Félix Esquivel (56).
Además, los fiscales reclamaron ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de Resistencia que a los imputados se les aplique una multa de 40 veces lo tráficado a Europa, o sea el equivalente a más de una tonelada de cocaína que fue oculta en bolsas de carbón vegetal entre diciembre de 2011 y abril de 2012.
El ministerio público requirió a los jueces Eduardo Ariel Belforte, Ramón Luis González y Aldo Alurralde esas condenas por hallarlos «coautores en concurso real del delito de contrabando de estupefacientes doblemente agravado por el destino de comercialización y el número de tres o más integrantes».
“Son mercaderes de la muerte”, calificó hoy en su alegato el fiscal Carlos Amad a los cinco presuntos miembros de la banda, en la que ubicó además a presuntos cómplices en los controles aduaneros, por quienes pidió una instrucción formal por los mismo hechos y uno anterior.
La jornada en el tribunal chaqueño comenzó con un incidente procesal que terminó con la renuncia de la codefensora de uno de los sindicados líderes de la banda, Gorosito, la abogada Nora Rey.
La letrada confrontó con el otro abogado, Silvio Piorno, ante un pedido de recusación de los integrantes del ministerio público, formulado por este último debido a una reunión informal mantenida por los fiscales Carniel y Amad con al acusado y la profesional, hace alrededor de 10 días, según denunció.
Y los acusó de haber “hecho un ofrecimiento de cierta clemencia en una eventual condena a cambio de declare y direccione responsabilidades en el imputado Salvatore”.
El tribunal rechazó la presentación por extemporánea, aunque la definición demandó extensas deliberaciones y notables disidencias en la defensa de Gorosito, las que fueron observadas por los fiscales y tenidas en cuenta en su dictamen por los jueces.
Por su parte, Amad si bien admitió haber participado de esa reunión con Gorosito, su abogada y Carniel en oficinas del ministerio público, aseguró que “fue a pedido del propio querellante” y que en el encuentro hablaron «de fútbol y de su estado de salud».
«Lo vi al imputado muy agitado y le recomendé que acuda a una curandera, que hace tratamientos con un yuyo llamado cola de zorro”, añadió.
En tanto Piorno consideró que “esto es un circo, porque reconocen que hubo una reunión que no debió existir y rechazan por extemporánea la petición pero no dicen nada del hecho, lo que será materia de análisis en casación”.
En su alegato, Amad describió la acción y los roles cumplidos por Esquivel, Pérez Parga y Roberto, a quienes ubicó en un nivel de importancia igualitario para el objetivo de la que denominó una “organización criminal al tráfico transnacional de estupefacientes a gran escala”.
Alegó que Esquivel, como capataz del establecimiento carbonero en Chaco, fue el responsable de “controlar la planta en la que se cargó la droga, dirigir y seleccionar el personal, con aportes fundamentales al ocultamiento de los estupefacientes”.
Y reveló que en posesión de Esquivel fue encontrado un auto Renault Megane propiedad de una empresa denominada Paunero, inscripta a nombre de Carlos Salvatore, en el que se conducía junto a Carlos Rodríguez, el propietario de la empresa exportadora Carbón Vegetal del Litoral.
“Yo soy un croto, tengo que vender pan casero con mi mujer para poder venir a los alegatos”, dijo al respecto Esquivel a Télam.
El imputado agregó: “Les llama la atención que hayan secuestrado en mi casa cinco celulares, pero en mi casa vive toda mi familia y a ellos les sacaron sus teléfonos, por eso esto me calienta mucho”.
A su vez, el fiscal señaló a Pérez Parga como quien “acompañaba el camino de la droga”, un integrante “muy importante en la organización” y quien “en todo momento estaba a cargo de las maniobras”.
Además, planteó “cómo es posible que un peluquero de perros como se consideró en su declaración al asegurar que no trabajaba en Carbón Vegetal del Litoral, viaje a Portugal y España y haya comprado dólares ininterrumpidamente entre 2004 y 2012”.
Sobre el acusado Héctor Roberto, el representante del ministerio público lo observó como “el valijero” y quien oficiaba “de nexo, una bisagra entre Salvatore y Gorosito y el resto” de los integrantes de la banda.
Y reveló que la esposa de Roberto, cuando fue detenido en 2012, reclamó por escrito a Salvatore que gire sumas superiores a cinco mil pesos mensuales a su familia, debido a que en las indagatorias a las que fue llamado le solicitaban que describa con mayor precisión a Manuel Carrascosa, el nombre falso que utilizaba el abogado considerado cerebro de la organización.
Tras el alegato de los fiscales, el tribunal decidió reanudar las audiencias con las réplicas de las defensas de los acusados el próximo 2 de septiembre.


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