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El loteo anticipado del Leviatán y todos los nombres en danza

Por Alejandro Bercovich

Tras el peor arranque posible de su campaña post-PASO y bajo fuego amigo y enemigo al mismo tiempo, Daniel Scioli planea sacar a la cancha en los próximos días a Jorge Sapag como su futuro ministro de Energía. Será una carambola más típica del billar que una jugada del ajedrez que no abandona ni a bordo de su helicóptero en plena gira. En una banda, el neuquino encarna el “clima de negocios” que desea la mayoría de los empresarios, con un estado amigable y más predispuesto a acompañar la iniciativa privada que a imponerle condiciones. En la otra, fichar al jefe del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y sumar su caudal político al del Frente para la Victoria provincial implica arrimarse al 70% de un electorado de casi 500 mil personas, nada desdeñable en unos comicios que prometen disputarse voto a voto.

A dos meses exactos del día D, los candidatos con mayores chances de suceder a Cristina Kirchner son objeto de los más variados lobbies. Gestos como el que prepara Scioli con Sapag, los de Mauricio Macri la semana pasada ante el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (CICyP) o los que tanto ellos como Sergio Massa hagan el miércoles próximo ante el Consejo de las Américas son escrutados milimétricamente desde los directorios de las principales compañías del país. Allí saben que el kirchnerismo deja un Estado que duplica en tamaño al que recibió en relación al PBI, pero que además cuenta con muchos más casilleros por llenar que los que dejó vacíos el vendaval político de 2001/2002.

No es casual que los destinos de YPF y Aerolíneas Argentinas se hayan convertido en uno de los ejes centrales de la campaña, incluso por encima de la educación pública, la vivienda o la seguridad. La petrolera con mayoría estatal facturó el año pasado 17.500 millones de dólares, un 30% más que cuando se le expropió el paquete a Repsol, que al tipo de cambio oficial equivalen al presupuesto asignado para 2015 al Ministerio de Planificación, el segundo con más recursos después de Trabajo (por las jubilaciones). Aerolíneas, por su parte, facturó más de 2.000 millones de dólares e insumió recursos adicionales por otros 600 millones. El estado Leviatán que recibirá como herencia quien asuma el 10 de diciembre es objeto de sordos pero intensísimos tironeos, no solo al interior de las fuerzas que se disputan el gobierno sino en la cúpula de un capital privado que también busca terciar en esa pelea.

El Mago Miguel Galuccio, a quien Scioli y Macri elogiaron públicamente y a quien solo Massa dijo que echaría de inmediato en caso de resultar electo, sabe que no tiene la continuidad asegurada. Los hermanos Bulgheroni lo niegan, pero en el mundo petrolero circuló esta semana con insistencia la versión de que los dueños de Bridas acercaron al campamento sciolista una sugerencia para reemplazarlo: Javier Rielo, exgerente local de Total y actual jefe de sus operaciones en varios países africanos, que comanda desde su sede central en París. La tropa del Mago jura que sigue concentrada en la gestión y que apunta a cerrar un último acuerdo de asociación estratégica antes del 25 de octubre, luego de haber desembarcado esta semana en el sector petroquímico de la mano de los Sielecki —familia política del canciller Héctor Timerman— y gracias a un préstamo del HSBC que negoció en persona su CEO Gabriel Martino, un socio incómodo que el kirchnerismo había elegido este año como blanco móvil a partir del escándalo mundial de las cuentas suizas no declaradas que destapó el arrepentido Hervé Falciani.

Los alfiles de Axel Kicillof en la Torre de Puerto Madero tampoco tienen idea de qué futuro le espera a YPF en un eventual gobierno sciolista. Nicolás Arceo, el secretario de Energía en las sombras que colocó el jefe del Palacio de Hacienda apenas pudo avanzar sobre la comarca otrora inexpugnable de Julio De Vido, se autoexcluyó de los cabildeos donde se defi nen esas cuestiones. En rigor, hasta los ministros de Scioli en la provincia aseguran que solo el gobernador tiene in pectore los nombres de sus candidatos para puestos cotizados como ése.

Con Macri juega Juanjo Aranguren, quien podría ser ministro de Energía o jefe de YPF si el candidato del PRO termina por imponerse. Su convivencia con Galuccio, que muchos en el sector consideraban posible un año atrás, acaba de quedar descartada. El jefe retirado de la filial local de Shell elevó a Macri un informe muy crítico de las últimas adquisiciones y asociaciones de la compañía y recomendó que su líder político se oponga a una eventual adquisición por parte de YPF de los activos que tiene en venta Petrobras. “Sería un escándalo que se siga monopolizando el sector. Hacen falta jugadores nuevos”, dijo.

Volando vengo

Para Aerolíneas, más allá de sus titubeos al criticar su gestión reivindicando a la vez su control estatal, Macri no tiene un plan ni un candidato definidos. Sí se sabe que simpatiza con él Gustavo Lopetegui, CEO de Lan y exministro de la Producción durante el gobierno bonaerense de Felipe Solá. Pero entregarle al jefe de la competencia el timón de la aerolínea de bandera sería demasiado difícil de vender políticamente.

Scioli, por su parte, no planea ni por asomo mantener en su lugar al camporista Mariano Recalde. Pidió consejos para su futura administración al jefe del sindicato de pilotos, Pablo Biró, uno de los primeros gremialistas en jugarse por su candidatura, quien le elevó un plan quinquenal donde se propone duplicar la cantidad de pasajeros transportados, de los actuales 6,5 millones anuales a más de 13 millones. Los pilotos le recordaron al gobernador que en 1998 despegaba de Aeroparque un avión cada dos minutos, con los mismos radares y equipos que ahora. Hoy el ritmo es de un avión cada 6 ó 7 minutos.

¿Y si el elegido es Nicky Scioli, el menor de los hermanos del exmotonauta? Es el único de su círculo íntimo que cuenta con algo de experiencia en el sector, gracias a su paso por la fallida estatal LAFSA y por la también estatal Intercargo. Lo que le juega en contra es precisamente el apellido: un lugar tan problemático como Aerolíneas puede dejar demasiado expuesto al Presidente si quien la maneja es sangre de su sangre.

Canchero

Las huestes de Máximo Kirchner, que ya desistieron de militar por continuidades como la de Recalde en Aerolíneas, bebieron un trago anticipado de lo que se les viene encima en el cierre de campaña de Scioli en el Luna Park: el funcionariado camporista tenía allí una bandeja reservada que se redujo a media antes de que empezara el acto. Y enfrente suyo los organizadores ubicaron a la columna de UPCN, del Centauro Rodríguez. Varios de los jóvenes kirchneristas sintieron escalofríos al ver que cedía la reja que los separaba de esa muchachada que duplicaba en promedio su masa corporal. “Si los soltaban, nos mataban”, confesó a este diario uno de los desventurados.

La gestión privada, en realidad, no asegura más ni menos efi ciencia ni transparencia que la pública. Prueba de ello fue el escándalo asordinado que estalló esta semana en el Banco Hipotecario, con mayoría accionaria pública pero management privado en manos del grupo IRSA, de Eduardo Elsztain. Uno de sus principales gerentes fue separado de su cargo acusado de haber montado una financiera paralela dentro de la propia entidad, con fondos de dudoso origen, justo cuando otro de sus gerentes era objeto de una denuncia por maltrato laboral reiterado que tapizó la City con volantes de La Bancaria.

Fuente: BAE.


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