La foto de Stiuso difundida por Perfil.

Se le acumula el trabajo a Santiago Blanco Bermúdez, el abogado del ingenerio Antinio “Jaime” Stiuso. A la denuncia del legislador porteño Gustavo Vera por presunto enriquecimiento ilícito ahora se suma el Gobierno con causas por evasión impositiva y contrabando.

Crece en el Gobierno la idea de que Stiuso y todas las historias que lo rodean forman más parte de una leyenda personal o de un mito urbano que de la concreta realidad de un supuesto poder de extorsión mediante amenazas.

«Fijense que hace dos meses lo rajamos de la SIDE, lo arrastramos por todos lados, Aníbal Fernández lo putea a diario ¿Y dónde están los carpetazos?, ¿Dónde están los videos, la grabaciones que todos dicen que tiene de todo el mundo?», se escucha en Casa Rosada.

Allí creen que quizás Stiuso conociera las manchas en las vidas de varios personajes públicos pero de ahí hay una distancia a tener cómo poder demostrarlo. Y usarlo.

En la causa por presunto enriquecimiento el hombre más importante no figura entre los denunciados por Vera sino en la causa que inició la Proselac y se llama Daniel Salinardi. Ingresó en la ex SIDE en los 80 y fue despedido por Fernando De Santibañez. Era el hombre a cargo de Osgra, la empresa privada que administraba propiedades y empresas comandadas por los espìas.

Salinardi tiene 56 años, es contador y, hasta el 2000 pasado, fue jefe del Departamento de Contrataciones de la SIDE. Desde 1982 figuraba como socio y apoderado de Osgra SRL.

Con la llegada de Fernando de Santibañes al frente del organismo, el espía fue despedido, pero mantuvo en su poder las acciones de Osgra. Es decir que, en los papeles, siguió figurando como titular del 80 por ciento de los inmuebles de la SIDE.

Su salida fue confusa, con rasgos extraños. Fue detenido en una causa por presunta extorsión que instruía la jueza federal María Servini de Cubría, en cuyo juzgado trabajaba por ese entonces una de las hijas de Stiuso.

En la SIDE cuentan que le reclamaron repetidas veces que firmara su traspaso de las acciones de Osgra, pero Salinardi se hizo el desentendido. Mientras tanto, exigió que le reconocieran aportes jubilatorios en base a la totalidad del sueldo que cobraba como agente, incorporando las sumas que recibía en negro.

Todo se complicó más cuando en un juzgado de la provincia de Buenos Aires se inició un pleito familiar que desembocó en el embargo de todas las propiedades de Osgra. El juicio fue impulsado por su ex mujer Mónica Rodríguez, quien terminaría detenida y acusada de asociación ilícita.
El patrimonio de Osgra superaba los 30 millones de dólares. La crisis desatada por el caso Salinardi devino en la creación de otra firma con nombre de otra empresa fantasma: Tiumayu SA. Esa empresa todavía existe y tiene como domicilio legal  la misma dirección donde funciona el estudio jurídico Archimbal, Bissoni, Carcavallo, Vila & Asociados.

Al tanto de todo esto el fiscal Carlos Gonella se sumó a la denuncia de Vera y apuntó directamente a Salinardi y su vínculo con Stiuso. Todavía podrían verse cosas más que interesantes.