| Aníbal Fernández vuelve a la Rosada

Las razones secretas del desembarco de Oscar Parrilli en la Secretaría de Inteligencia

Un entuerto por la compra de equipo de tecnología habría provocado la salida de la cúpula de la SIDE. El control de la calle y los vínculos con organizaciones sociales.

Parrilli es un hombre de extrema confianza de Cristina.

Parrilli es un hombre de extrema confianza de Cristina.

El desembarco del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, en la Secretaría de Inteligencia, y su reemplazo en su lugar por el senador Aníbal Fernández, tiene una historia detrás mucho más compleja de lo que puede suponerse a simple vista, pero que implica el descabezamiento del organismo.

La salida de Héctor Icazuriaga de la jefatura de la SIDE venía manejándose desde mayo en múltiples conciliábulos del kirchnerismo. En cambio, la partida de su segundo José Francisco Larcher  debe entenderse como un dato sorpresivo, al punto que él mismo hacía correr la versión de que si salía Icazuriaga, el puesto de Señor 5 sería para él.

En las próximas horas se comentarán y se escribirán todas las versiones posibles. Se resucitará la interna del jefe del Ejército Cesar Milani con el director de operaciones de la SIDE Jaime Stiusso y la pelea que éste a su vez tendría con la cúpula de la Policía Bonaerense acentuada por el asesinato del espía Lauchón Viale.
Sin embargo, en Balcarce 50 el dato que en estos momentos domina la escena es que Icazuriaga, por acción u omisión, estaría involucrado en ciertas irregularidades pergeñadas con servicios de inteligencia del exterior (uno de ellos sería el de Brasil) surgidas a partir de la compra de equipos de tecnología.
Actualmente, los proveedores de este tipo de herramientas requieren de la firma de los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel. Desde alguna de esas representaciones diplomáticas habría llegado el dato de un entuerto que puede derivar en un escándalo y que terminó de dejar afuera a Icazuriaga.
Las elecciones de Juan Carlos Parrilli para reemplazar al Chango Iscazuriaga y de Juan Mena para hacer lo propio con Larcher no son azarosas. Parrilli está en el gobierno desde 2003 y una de sus funciones primordiales fue el control de la calle mediante una alianza del gobierno con las agrupaciones sociales cuyo accionar terminó por adelantado con el gobierno de Eduardo Duhalde.
Cuando el fallecido Carlos Soria dirigía la SIDE el organismo reclutó varios agentes de las organizaciones con las que trata Parrilli. Estos se utilizaban como infiltrados en marchas y actos. El ahora exsecretario general conoce a varios de ellos incluso algunos que han hecho carrera en el organismo de inteligencia.
La designación de Mena tendría más que ver con el conocimiento de este del mercado de proveedores de sistemas y aparatos de inteligencia criminal. Mena viene de ser subsecretario de Política Criminal y es una fanático d elas tecnologías para la investigación de delitos complejos. Su misión en el Ministerio de Justicia era la de crear una suerte de CSI criollo.
Icazuriaga deja atrás una SIDE cercada por intrigas y, lo que habría marcado su fin, una serie de variados tropiezos. Los detalles del último traspie difícilmente salgan a la luz. Pertenecen a ese mundo de sumbras que no deja de darle dolores de cabeza a la presidenta Cristina Fernández.