| Pelea judicial

La explosiva denuncia contra Bonadio que el Gobierno se reserva

El fiscal de la causa AMIA denunció que el juez le había pinchado los teléfonos junto con el Fino Palacios. Pero la causa no avanzó. La secreta guerra de espías.

Bonadio, la pesadilla del Gobierno.

Bonadio, la pesadilla del Gobierno.

El kirchnerismo está listo para redoblar los esfuerzos en el operativo desgaste contra el juez Claudio Bonadio. El pedido a la AFIP, vía la Policía Metropolitana, de las declaraciones juradas impositivas de toda la familia presidencial en la causa en la que se investiga a la empresa Hotesur señala un Rubicon que el juez del momento eligió atravesar.

Los enemigos de Bonadio en Comodoro Py ya le llevaron al Gobierno el dato sobre la denuncia que el fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman formuló el año pasado en su contra y quedó radicada en la fiscalía de Miguel Osorio, integrante de Justicia Legítima.
El texto escueto denuncia una supuesta asociación ilícita por la cual Bonadio y el ex comisario Jorge «Fino» Palacios, quienes habrían pinchado los teléfonos del fiscal y habrían capturada información vital de sus computadores y archivos cibernéticos. Nisman ya le pidió dos veces a Osorio que requiera la instrucción. No tuvo respuesta.
Y Osorio no responde porque consultó el tema con el gobierno y sabe que avanzar contra Bonadio implicaría también hacerle un favor a un sector de la SIDE que es donde el fiscal Nisman tiene sus principales apoyos.
 Puntualmente con el sector de la SIDE que sigue a Jaime Stiusso y no registra a Fernando Pocino, el mismo sector que vive una guerra secreta con el gobernador Daniel Scioli y con el jefe de la Bonarense Hugo Matzkin tras la caída del agente Pedro «Lauchón» Viale, abatido a quemarropa por efctivos del grupo Halcon que ahora están presos por orden de un juez federal de Morón.
Esa guerra de espías es la explicación para entender porque el gobierno acusa a Bonadio del enriquecimiento ilícito pero se guarda una denuncia mucho más explosiva que podría hacer tambalear al magistrado.
Bonadio está tranquilo. Nunca apreció demasiado a Nisman a quien critica por su escaso volumen de trabajo y por la cantidad de viajes al exterior que hace por año para informarse sobre la guerra contra el terrorismo.