La fiscal del juicio oral a cuatro imputados por los asesinatos de tres jóvenes militantes cometidos el 1º de enero de 2012 en Rosario afirmó en su alegato inicial que el caso «está directamente ligado a la venta de drogas, la lucha por el territorio, los búnkers y la recaudación».

«La Policía quiso presentar el triple crimen como un ajuste de cuentas, pero los chicos eran luchadores sociales», señaló la fiscal Nora Marull, quien junto a Luis Schiapa Pietra representan al Ministerio Público en el juicio.

En la primera audiencia del debate, que se inició a las 9 con una gran movilización en las puertas de los tribunales locales, se realizaron los alegatos iniciales de las partes.

En el juicio se ventilan los homicidios de Jeremías «Jere» Trasante (17), Claudio «Mono» Suárez (19) y Adrián «Patom» Rodríguez (21), acribillados a balazos en una canchita de fútbol del barrio rosarino Villa Moreno la madrugada de Año Nuevo de 2012.

«La banda organizó una venganza en menos de una hora y la ejecutaron con ametralladora y nueve milímetros», sostuvo la fiscal Marull durante su alegato.

Se refirió de esta manera a los cuatro acusados que llegaron a juicio, Sergio «Quemado» Rodríguez (44); Brian «Pescadito» Sprío (26); Daniel «Teletubi» Delgado (24) y Mauricio «Maurico» Palavecino (25).

El quinto participante, Brian «Damiancito» Romero (22), fue condenado en agosto de este año a 8 años de prisión en una juicio abreviado en el que aceptó su responsabilidad como «partícipe» en los hechos.

Por su parte, Jéssica Venturi, abogada del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), en el que militaban los jóvenes asesinados, utilizó una maqueta para graficar ante el tribunal las circunstancias del triple crimen.

«No es un hecho común, por el despliegue que hacen en el territorio», dijo.

Además, relacionó el triple crimen «con dos hechos previos, uno fue el ataque a balazos a Facundo Osuna (18) el 29 de diciembre, y el segundo el de Maximiliano «Quemadito» Rodríguez (26) el 1º de enero», recordó la abogada.

Según la investigación, Osuna fue baleado el 29 de diciembre por un grupo que encabezaba Rodríguez, hijo del «Quemado» Rodríguez.

En respuesta a ese ataque, el «Quemadito» fue baleado mientras conducía su autol junto a su novia y una amiga en la madrugada de Año Nuevo, lo que desencadenó la venganza organizada por su padre «contra los amigos de Osuna», dijo Venturi.

«Presuponen que el ataque venía por parte de los amigos de Osuna y los encuentran a los chicos y empiezan a disparar y allí los matan», abundó la querellante.

Otro de los abogados de las víctimas, Norberto Olivares, sostuvo durante su alegato que «el triple crimen detonó la trama de complicidad policial con el narcotráfico».

Por último, el defensor del «Quemado» Rodríguez, Carlos Varela, dijo que con el juicio «los familiares y amigos no buscan justicia» sino que «buscan condenas».