Gils Carbó convocó a los dos concursos.

El Gobierno está decidido a quedarse con las dos fiscalías federales del fuero penal que están vacantes. En los próximos días será el examen oral de un concurso que dirige la procuradora Alejandra Gils Carbó y al que se anotaron el subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial del Ministerio de Justicia Franco Picardi y el abogado de organismos de Derechos Humanos Alan Iud.

Inicialmente, el funcionario del ministerio de Justicia Ernesto Kreplak también pensaba concursar pero lo bajaron a último minuto en un intento por disimular. Kreplak integra el jury al fiscal Campagnoli en representación del Poder Ejecutivo y es subsecretario de Coordinación y Control Registral en el Ministerio.

Al principio se anotaron en el concurso más de 100 personas pero al escrito solo fueron 50. El abandono se dio porque los abogados y funcionarios judiciales que habían expresado interés entendieron que con las candidaturas del kirchnerismo ya era imposible competir.

Picardi responde a Julián Alvarez e inició su carrera en los tribunales en el despacho del juez federal Gustavo Literas. Frecuenta el edificio de los tribunales de Comodoro Py y se la pasa saludando a amigos. A diferencia de su jefe directo, no ha despertado tanto rechazo y hasta tiene algunos promotores como el fiscal Jorge Di Lello, que dice que Picardi tiene “olfato político”.

Iud integra la lista de conjueces del kirchnerismo para la Casación Penal y cuentan que el día del escrito estaba algo nervioso porque andaba diciendo que no había “tocado un broli”. Su inclusión entre los candidtaos a subrogar en el máximo tribunal penal fue rechazada incluso por Alejandro Slokar, que no tiene un buen recuerdo del rendimiento de Iud en la Facultad de Derecho.

También concursan el actual fiscal Ad Hoc Milton Kaski, que da por descontado que cuando Gils Carbó deje el ministerio público la oficina que le crearon se irá con su jefa y el histórico secretario de Luis Comparatore, Javier Cupito, cuyas calificaciones han sido siempre muy bajas y sus orales aún peores lo cual explica que tras tantos concursos siga despachando en su oficina del quinto piso de Comodoro Py.

Para Gils Carbó este concurso es necesario porque lo ve como una chance de sumar dos fiscales de su riñón en un fuero donde no tiene amigos y solo un tibio defensor como es Di Lello. Las vacantes se generaron tras la muerte de Comparatore y el ascenso a fiscal de Cámara del miembro de Justicia Legítima, Miguel Osorio.