Nicole viajó a la Argentina para un intercambio estudiantil.

La joven estudiante chilena Nicole Sessarego Borqués fue asesinada de once puñalas una de las cuales le ingresó por la zona del cuello y la policía busca a un joven con quien habría estado horas antes de su muerte en un boliche.

«Entrevistamos a las dos amigas con las que vivía y a otras personas de su entorno y logramos reconstruir sus últimos movimientos», dijo a la agenciA Télam uno de los investigadores.

Según la fuente, la última vez que la estudiante chilena de Comunicación Social fue vista con vida fue a las 3 de la madrugada de ayer en el Club Severino, un local nocturno ubicado en Lavalle 345, donde todos los lunes por la noche hay fiestas electrónicas.

«Las amigas contaron que ellas vieron a Nicole por última vez con un joven desconocido que se le había acercado para hablar. Ya contamos con la descripción de ese muchacho», reveló la fuente consultada por Télam.

Los detectives de Homicidios ya fueron al boliche a buscar los videos de seguridad de sus cámaras para ver si allí quedó grabado algún movimiento de Nicole, especialmente a qué hora se retiró y si lo hizo en compañía de ese joven al que describieron sus amigas o de alguna otra persona.

Ayer, Pablo, un amigo también chileno de la víctima, contó a la prensa que Nicole le había ofrecido anotarlo en una lista para poder ingresar al Club Severino, pero que él no pudo asistir, y además reveló que la semana anterior la víctima había ido a esa fiesta electrónica y le había gustado mucho, a pesar de que allí le habían robado o había perdido el celular.

Ese es un elemento que despistó ayer a los investigadores que, en principio, pensaron que el asesino le había robado el celular pero luego confirmaron con los amigos que Nicole no se había comprado otro celular desde el robo o el extravío de su aparato.

La policía espera varios videos de las cámaras de la ciudad de Buenos Aires -especialmente de un domo ubicado en la misma cuadra-, donde pudo haber quedado grabada la llegada de la víctima a su casa, el ataque y la huida del asesino.

La cuenta de Facebook de la víctima, donde la propia estudiante y su grupo de contactos comentaban el tour de boliches a los que solían ir y se publicaban las listas de invitados, también está bajo el análisis de los investigadores.

El crimen se descubrió a primera hora de ayer, cuando un adolescente que salía para ir a la escuela encontró el cadáver de Sessarego Bórquez tendido en el hall principal del edificio situado en la calle Don Bosco 4109, de Almagro.

En tanto, la titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N°32, Ana Yacobucci, se entrevistó este mediodía con el cónsul de Chile y la madre de la joven que apareció muerta en el hall de acceso del edificio de la calle Don Bosco, en el barrio porteño de Almagro.

Según informaron desde la fiscalía, la madre de Nicole solicitó autorización para repatriar el cuerpo de la joven a Chile y poder cremarlo. Si bien la fiscalía no se opuso al traslado, sí lo hizo respecto de la cremación dado que, a pesar de haberse realizado la autopsia, aún quedan pendientes algunos peritajes.

La fiscal Yacobucci y el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N°13 realizaron ayer un allanamiento en el lugar, a fin de secuestrar objetos personales de la joven y sus compañeras de vivienda, que pudieran ser de utilidad para esclarecer lo ocurrido, al tiempo que también se solicitó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la remisión de las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona.

Por otra parte, el resultado preliminar de la autopsia practicada sobre el cuerpo de Nicole estableció que presentaba once puñaladas, una de las cuales resultó mortal por haber sido aplicada en el cuello.

La víctima era oriunda de la ciudad chilena de Valparaíso y había llegado a la Argentina en febrero de este año, en el marco de un programa de intercambio estudiantil entre una universidad del vecino país, donde estudiaba periodismo, y la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.

Durante los primeros meses, vivió en un hostal donde conoció a dos chicas brasileras, con las que se mudó al departamento de la calle Don Bosco, y con las que fue a bailar, el lunes por la noche, junto a otros amigos al “Club Severino”, ubicado en Lavalle al 300, en el Microcentro porteño.