| El crimen de Angeles Rawson

«Yo la maté», Mangeri confesó desde el principio

Su intención fue siempre confesar que era el autor del homicidio. Luego cambió por consejo de sus abogados. Ahora apuntan a invalidar las pruebas de ADN.

La adolescente fue abusada y luego estrangulada.

La adolescente fue abusada y luego estrangulada.

Por Rodolfo Palacios

“Yo la maté”. Desde un principio, el portero Jorge Mangeri confesó haber matado a Ángeles Rawson, la joven de 16 años asesinada el 10 de junio de 2013. Se lo dijo a la Policía, a la Justicia y a sus abogados. A poco más de un año del crimen, que según se presume fue cometido en el edificio de Ravignani 2360, en Palermo, el acusado ahora dice que es inocente y su nueva defensa apunta a desvirtuar las muestras de ADN que involucran al acusado, la prueba más importante en su contra.

“De entrada dijo que fue el asesino, pero era difícil creerle porque su versión era inverosímil. Uno no puede decir maté a fulano y dar una explicación incoherente, que no cierra por ningún lado. ¿Cuál fue su explicación? Algún día saldrá a la luz. Pero daba la sensación de que encubría a alguien y que tuvo participación en el hecho, pero no como el principal responsable”, le confió a CyR uno de los ex abogados de Mangeri.

El caso generó tanta conmoción que hasta una medium que trabaja para el FBI quiso aportar su ayuda. Pero la prueba contra el imputado era concluyente.

Otra fuente de la investigación dijo que el portero siempre tuvo la intención de declararse culpable. “Si hubiese sido por él, confesaba la autoría y caso cerrado. Como hizo Monzón, que desoyó a sus abogados y se cortó solo. Contar la verdad lo aliviaba, pero es cierto que ocultaba el móvil de su crimen. Sólo está en su mente y no sé si algún día lo revelará”.

Si en un principio la estrategia de la defensa del presunto homicida era desvincularlo y acusar al entorno de la víctima, ahora apunta a desvalorizar la prueba genética.

Hace exactamente un año, la suerte del portero más famoso de la historia criminal argentina estaba casi echada: se hallaba ADN del acusado debajo de tres uñas de la víctima.

“Soy el responsable de lo de Ravignani 2360”, “La maté sin querer”, fueron otras dos frases que pronunció el imputado. Pero dos meses después del crimen, Mangeri se desdijo. “Niego rotundamente de lo que se me imputa”, declaró. Dijo que era inocente probablemente por consejo de sus abogados. Además dijo que ese día no vio entrar ni salir a ningún sospechoso y que terminó el día con fiebre.

La última novedad del caso es que el juez de instrucción Javier Ríos elevó a juicio oral el expediente y el portero será juzgado por Tribunal Oral en lo Criminal Número 9, integrado por los jueces Luis García, Fernando Ramón Ramírez y Ana Dieta de Herrero. Los investigadores creen que Mangeri le pegó a Ángeles porque intentó defenderse de un intento de violación.

El actual abogado de Mangeri, Adrián Tenca, que es asesorado por un genetista israelí, cuestionó la prueba del ADN. “Se forzó y se construyó un perfil parcial del imputado. En uno de los diez dedos no se halló ADN, en siete de esos dedos encontraron ADN de más de una mujer y en los otros dos hubo, por lo menos, ADN de tres personas, hombres o mujeres. En ese caso serían dos hipótesis: la víctima fue atacada por una banda de entre cinco y siete personas, hipótesis que jamás la Fiscalía tuvo en cuenta, o, lo que yo tengo acreditado, hubo impurificación en todas las uñas”.

El 10 de junio, al cumplirse un año del homicidio, Jimena Arduriz, la madre de Ángeles, la recordó con una carta: “El cielo hoy sabe…la cantidad de lágrimas que tengo guardadas de aquí a nuestra eternidad… Que hoy hace un año y tres días (ayer nomás) me diste la noticia que eras mejor promedio… Que hoy hace un año y tres días (ayer nomás) te abracé y te llené de besos y saltamos juntas como dos locas gritando de alegría y que al día siguiente nos fuimos a desayunar para festejar con moca, latte y chipá que te encantaban… Que hoy hace un año y un día (ayer nomás) me acerqué a tu cama cuando dormías y te volví a llenar de besos y estabas medio refunfuñona pero igual me acariciaste la cara por última vez… El cielo hoy sabe que esto me tiene que durar toda la vida porque hace un año (ayer nomás) se terminaron de fabricar recuerdos… y que estoy gris, muy gris, un gris oscuro… Por eso el cielo hoy sabe y llora junto a mí…»

Ese día, Miguel Ángel Pierri, uno de los ex abogados de Mangeri, reveló que el misterioso hombre que pagó la defensa el constructor Horacio Viaggi, para quien el portero trabajó 14 años. En pleno caos mediático, su estudio jurídico llegó a recibir 200 llamadas diarias y acumuló casi mil mails. Entre ellos aparecían astrólogos, videntes y tarotistas que aseguraban saber quién había matado a la chica. Uno de ellos llegó a declarar ante la Justicia. Incluso una médium que dijo trabajar para el FBI ofreció su asesoramiento. Pero lo único certero y preciso fueron las pruebas de ADN, que confirman lo que Mangeri decía al principio: “Yo la maté”.

 


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